Diecisiete personas han perdido la vida en lo que va de año en la provincia de Sevilla en incendios. El último fue Francisco Javier Rodríguez Ocaña, un vecino de Nervión que falleció el pasado jueves en el incendio de su vivienda en la calle Manuel Casana. El balance es especialmente elevado este año por dos grandes tragedias que han sumado doce víctimas mortales.
La primera de ellas fue el incendio del asilo Aurora, también en Nervión, que se saldó con 7 ancianos muertos el 8 de febrero. El juzgado archivó recientemente este caso al no hallar ninguna negligencia por parte de los responsables de la residencia. El fuego se originó por un fallo eléctrico en el cable que conectaba el aparato del aire acondicionado con el enchufe y el asilo había pasado todas las inspecciones sin ninguna anomalía.
El otro suceso trágico que acabó con cinco personas muertas fue la explosión de la pirotecnia Nuestra Señora de las Nieves, en Benacazón, el 3 de junio. Entre las víctimas mortales se encontraban el copropietario de la empresa y varios trabajadores. Al margen de estos dos casos, se han registrado numerosos incendios en viviendas, algunos de los cuales se saldaron con víctimas mortales. Dos personas fallecieron por inhalación de humo en un incendio originado por un brasero en Utrera el 18 de enero, un trabajador rumano murió en una nave de Alcalá de Guadaíra el 26 de mayo y una mujer murió en Sevilla Este el 31 de marzo al prender la vela con la que se iluminaba en un colchón.
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