Los movimientos del animal propiciaron que la correa acabara liada y que ya sólo diera para mantenerlo de pie.
Ocurrió en la mañana de este pasado sábado en el balcón de un segundo piso de la calle San Jacinto, donde un perro de tamaño mediano, atadado con su cadena a la rejería, pudo morir ahorcado. Los movimientos del animal propiciaron que la correa acabara liada y que ya sólo diera para mantenerlo de pie. El perro intentaba sujetarse en la parte baja del balcón, pero se notaba ya agotado.
Varios viandantes se percataron de ello y llamaron tanto al telefonillo del piso en que se encontraba el perro como al primero y tercero del mismo inmueble sin ningún resultado. Por ello, dos de las personas que paseaban por la calle llamaron al 112, que se ocupó inmediatamente del caso.
En la calle San Jacinto se personaron dos vehículos de los Bomberos y un coche patrulla de la Policía Local. Agentes de los Bomberos desplegaron la escalera de uno de los vehículos con la que accedieron al balcón y desataron al perro, en medio de un aplauso del público que se había congregado en la calle. Finalmente, dejaron atado al perrito en el interior de la vivienda en espera de la llegada de su dueño.
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